miércoles, 10 de junio de 2015

Las Cruzadas



Las cruzadas fueron una serie de campañas militares durante la Edad Media europea contra los musulmanes del Medio Oriente que habían conquistado Jerusalén "Tierra Santa". En 1076, los musulmanes habían capturado Jerusalén - El más santo de los santos lugares para los cristianos. Jesús había nacido en la cercana Belén y había pasado la mayor parte de su vida en Jerusalén donde fue crucificado. No había lugar más importante en la Tierra que Jerusalén para un verdadero cristiano razón por la cual los cristianos de Jerusalén la llamaron la "Ciudad de Dios".


El origen de la palabra Cruzados puede atribuirse a la cruz de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en estas empresa de reconquista de Tierra Santa (Jerusalén)

Sin embargo, Jerusalén fue también muy importante para los musulmanes ya que Mahoma, el fundador de la fe musulmana, porque ahí se encuentra la Mezquita de la Roca
también llamada la Mezquita de Omar o la Cúpula de la Roca que es uno de los lugares más sagrados de la religión islámica, por ser considerado el lugar desde el cual Mahoma ascendió al cielo.

Por lo tanto los cristianos lucharon para recuperar la Tierra Santa (Jerusalén) mientras los musulmanes lucharon para mantener Jerusalén. Estas guerras iban a durar casi 200 años desde el año 1095 - 1291.



MOTIVOS QUE LLEVARON A LAS CRUZADAS:
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas en cumplimiento de un solemne voto para liberar los Lugares Santos de la dominación musulmana. Se iniciaron en 1095, cuando el emperador bizantino Alejo I solicitó protección para los cristianos de oriente al papa Urbano II, quien en el concilio de Clermont inició la predicación de la cruzada. Al terminar su locución con la frase del evangelio «renuncia a ti mismo, toma tu cruz, y sígueme», la multitud, entusiasmada, manifestó ruidosamente su aprobación con el grito Dios lo quiere.
Posiblemente, las motivaciones de quienes participaban en ellas fueron muy diversas, aunque en muchos casos se puede suponer un verdadero fervor religioso. Se arguye, por ejemplo, que fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente, aunque se declararan con principio y objeto de recuperar Tierra Santa para los peregrinos, de los cuales los turcos selyusidas, una vez conquistada Jerusalén, abusaban sin piedad, a diferencia de los sarracenos, que trataban a los cristianos con más respeto.


Primera cruzada: (1096-1099). sucedió en el penúltimo día del Concilio de Clermont (Francia), jueves 27 de noviembre de 1095, donde El Papa Urbano II, proclamó, al grito de "Dieu lo volti" Dios lo quiere. La predicación de Urbano II puso en marcha en primer lugar a multitud de gente humilde, dirigida por el predicador Pedro de Amiens el Ermitaño y algunos caballeros franceses. Este grupo formó la llamada Cruzada popular, de los pobres o Cruzada de Pedro el Ermitaño. 
Mucho más organizada fue la llamada Cruzada de los Príncipes (denominada habitualmente en la historiografía como la Primera Cruzada) cerca de agosto de 1096. Estos grupos iban dirigidos por segundones de la nobleza, como Godofredo de Bouillón, Raimundo de Tolosa y Bohemundo de Tarento. 

Segunda Cruzada: (Damasco) El Papa Eugenio III, a través de Bernardo, abad de Claraval (famoso predicador, autor asimismo de la regla de los templarios) predicó en diciembre de 1145 la Segunda Cruzada. Y esta se manifestó en las tierras de jerusálen eligiendo atacar Damasco, estado independiente y aliado del rey de Jerusalén. 

Tercera Cruzada : (Jerusalén) La toma de Jerusalén conmocionó a Europa y el papa Gregorio VIII convocó una nueva cruzada en 1189 (Jerusalén) 

Cuarta Cruzada: (Constantinopla) La Cuarta Cruzada (1202 – 1204) fue una expedición militar organizada como una cruzada para reconquistar Tierra Santa, pero que varió su rumbo, terminando con la conquista y el saqueo de Constantinopla, capital del Imperio bizantino. 

Las cruzadas menores: 

Quinta Cruzada: (Egipto) La Quinta Cruzada (1217–1221) fue un intento de retomar Jerusalén y el resto de Tierra Santa derrotando en primer lugar al poderoso estado Ayubí de Egipto. Los ejércitos cruzados estaban compuestos por las enormes fuerzas militares del rey Andrés II de Hungría (1175 - 1235) y por los batallones del príncipe austriaco Leopoldo IV de Austria (1176 – 1230). 

Sexta Cruzada: ( Jerusalén, Belén y Nazareth.) La Sexta Cruzada comenzó en 1228, tan sólo siete años después del fracaso de la Quinta Cruzada, y fue un nuevo intento de recuperar Jerusalén. 

Séptima Cruzada: (Egipto) En 1244 volvió a caer Jerusalén (esta vez de forma definitiva), lo que movió al devoto rey Luis IX de Francia (San Luis) a organizar una nueva cruzada, la Séptima. Como en la V, se dirigió contra Damieta, pero fue derrotado y hecho prisionero en Mansura (Egipto) con todo su ejército. 

Octava Cruzada: (Túnez) La Octava Cruzada, en 1270, aunque sin gran repercusión en Europa. Los objetivos eran ahora diferentes de los proyectos anteriores: geográficamente, el teatro de operaciones no era el Levante si no Túnez, y el propósito más que militar, era la conversión del emir de la misma ciudad norteafricana. 

Entre 1271-1272 tuvo lugar la Novena Cruzada, que a veces se la agrupa con la Octava Cruzada, es comúnmente considerada como la última gran cruzada medieval a la Tierra Santa.


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